Se acerca el veranito y para desgracia de muchos y alboroto de otros, llega el fin de la Eurocopa.
Quien me conozca sabe que me gustan los buenos partidos de fútbol y que si puedo no me pierdo una final. Por eso no debería extrañarles que haya seguido la Eurocopa de forma intermitente y que dedique un post a un anuncio que he visto, igual que miles de personas, muchas veces. Es un anuncio de cerveza que hace que, cada vez que lo vea, mis gafas violeta casi se me salgan de la cara, del susto o indignación, no lo sé.
El anuncio comienza con una voz masculina en off, dulce y afable, de jubilado, que dice “ Siempre quise tener un hijo. Por jugar al fútbol y esas cosas. Pero llegó Inma, luego Carmen, Rosario, Victoria y por último Ana…” .
Saltan las primeras alarmas. “Siempre quise tener un hijo». No puedo evitar acordarme de las millones de niñas que han sido y son abandonadas y/o asesinadas en India, China y en otros países debido a su condición femenina. Claro que éste es un país civilizado, no machista y nosotros no hacemos esas cosas. Y sin embargo, apela al subconsciente colectivo y a un no muy remoto pasado en el que “¡Felicidades, es un varón!” era una frase muy repetida en los paritorios y hospitales de este país.
En cualquier caso, el anuncio continúa y con él toda una lección de cómo se construyen los géneros desde las representaciones presentes en los medios de comunicación y la cultura visual.
“ ….llegó Inma, luego Carmen, Rosario, Victoria y por último Ana. Y a ninguna le ha gustad nunca el fútbol”. Se refiere a las hijas claro, no a todas las mujeres en general, aunque es bien sabido que a las chicas no nos gusta el fútbol, sino el arte, el rosa, las flores, la música, los niños…( fijaos en las habitaciones de las hijas del anuncio, metáfora de sus identidades y una representación del carácter fememino).
Vemos también como las hijas llegan a casa de su padre, presuponemos que viudo, con unas cervezas para ver con él el partido de fútbol. No porque les guste, que ya nos ha dicho que no, sino para hacerle compañía y suplir la ausencia de la mujer y del no-hijo, para cuidar de él.
Así, las hijas se nos presentan como cuidadoras, fieles y naturales portadoras del amor y el cariño ( “¿Has tenido una niña? qué bien, así os cuidará cuando seais mayores” dicen todavía). Como si cuidar, protejer y mimar fuera algo específico de las mujeres, natural, y no fruto de años y años de jugar con muñecas y no con coches, años de dar por supuesta nuestras ansias de maternidad, y fruto de nuestro tradicional rol social como hijas-ésposa-madres cuidadoras.
El agradable abuelo remata la jugada: “ Pero hay partidos en los que no se juega un título , sino un sentimiento y de eso ¡de eso vaya si saben las mujeres!”
O sea, que no sólo no nos gusta el futbol sino que no tenemos ni idea de lo que es un fuera de juego. Porque nosotras -¡todas!- de lo que sabemos es de sentimientos y no de coches, digo fútbol, como si lo tuviéramos en los cromosomas, como si fuera algo natural y biológico.
Y de fondo a esta emotiva apología a la feminidad… una banda sonora irresistible: “You make me feel like a natural woman “ de Aretha Franklin (canción a la que, por cierto, Judtih Butler en su Gender Trouble dedica unas palabras). ¿Pero… qué es eso de “a natural woman»?-me pregunto yo- «Algo relativo y cambiante«, responden mis gafas.
Para acabar, ¿a quien va dirigido este anuncio? Yo creo que a las mujeres. Como el fútbol y la cerveza es «típico de hombres» y éstos lo han naturalizado, ya no hay mucho que vender o promocionar ahí. Las marcas ahora deben hacerse un hueco entre el sector femenino, mayoritario en las sociedades postindustriales, ¡un filón!. Pero todavía algunas pueden tener algún conflicto entre su “naturaleza” femenina y ciertas prácticas sociales asociadas a lo masculino ( fútbol, cerveza y amigos). Necesitan un anuncio a su medida que represente a mujeres bebedoras de cerveza y viendo el fútbol pero, ante todo, femeninas. Quizás así cambien algunas prácticas sociales y sobre todo, aumenten las ventas.
Yo, sin complejos, me voy a tomar una birra y ver el fútbol esta noche. Eso sí, lo de los eructos, todavía, con discreción.