Si para valorar un libro atendemos a criterios como la calidad de la prosa o el desarrollo y profundidad de los personajes, sin ninguna duda, éste no es un buen libro, hecho que queda claro desde las primeras páginas. Repleto de lugares comunes y estereotipos, frases de manual y un alto grado de ñoñería, a ratos se hace insufrible seguir con la lectura. Incluso me atrevo a decir que si aburrida, te saltas alguna página hasta llegar al siguiente encuentro sexual entre los personajes, no te pierdes gran cosa en la trama- simple- ni en el desarrollo de los personajes – planos y monótonos.
Sin embargo, un ‘buen libro” puede ser también aquel que estimula la imaginación de quien lee y aquel que lo hace un poco más libre. En ese sentido, el libro que ha conseguido enganchar a millones de hombres y mujeres, puede considerarse un buen libro, a tenor del interés suscitado por el BSDM y la consiguiente aceptación y ruptura de tabúes respecto a este conjunto de prácticas erótico-sexuales. El potencial de algunos pasajes para subir la temperatura corporal- y mental- es otro de los factores, no determinante, para recomendar el libro.
En este post me gustaría contribuir a la polémica suscitada entre algunos sectores del feminismo a raíz del éxito del libro. Examinar cualquier libro a la luz de la mirada de género y feminista siempre es y será enriquecedor, porque permite ampliar las lecturas e interpretaciones de los productos culturales y contribuir así a la deconstrucción de los roles y de las representaciones.
Sin embargo, creo que algunas críticas feministas se han equivocado en el foco de su crítica, al apuntar a las prácticas de BDSM relatadas en la historia como fomentadoras de la sumisión femenina y por lo tanto, prácticas censurables.
Desde mi punto de vista, el libro es muy susceptible de ser criticado por varios motivos que más adelante explico, pero no comparto las críticas que ha recibido por relatar- y popularizar- el BDSM, pues no creo que éstas prácticas contribuyan a fomentar el papel sumiso y pasivo de las mujeres en el sexo y en las relaciones. Recomiendo por esclarecedor, este post cuyo objetivo es romper con algunos de los prejuicios que rodean a este tipo de prácticas.
Como decía, además de ser de una pésima calidad literaria el libro es muy susceptible de críticas desde posturas feministas. Por una parte, como buen cuento de hadas contemporáneo, afianza el mito del amor romántico basado principalmente en el relato idealizado de la búsqueda y encuentro de la media naranja, esa mitad que te completa y sin la cual tu vida no tiene sentido. El desarrollo de la historia y de los personajes afianza además la institución del matrimonio como el referente sobre el que construir una familia y una relación de pareja estable.
Por otra parte, la relación entre Cristian Grey y Anastasia Steele es una relación donde la posición social juega un papel importantísimo en el juego de la seducción. La trama gira constantemente en torno a paseos en helicóptero para ver el atardecer, áticos de lujo, vacaciones en Aspen, Manhattan y la Costa Azul, fiestas y coches de lujo. En definitiva, una representación del día a día de una pareja y de la seducción tan alejada de la vida real, que funciona como potenciadora de fantasías y deseos colectivos de fuerte arraigo capitalista. La representación de clases presente en el libro mitifica a las elites económicas y su estilo de vida y afianza la diferencia y desigualdad social.
En conclusión; un libro muy recomendable si llegas demasiado cansada a la cama para leer nada y si lo que te apetece es despertar los deseos y fantasías dormidas tras meses de letargo. También, por qué no, para desarrollar una mirada crítica hacia los productos de la cultura popular y sus representaciones, que construyen identidades, deseos y modelos de relación dentro y fuera de la cama.
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